
Aún no recuerdo bien que sucedió, como llegué hasta acá; recuerdo haber muerto en el día 30 de 1431 en Ruán a los 19 años, luego de haber sido capturada por los soldados ingleses. Al parecer estos extraños señores de traje blanco me han traído de vuelta con algún tipo de hechizo o encantamiento, pero gracias a Dios que me han traído de vuelta. Lo único que me piden a cambio es que les relate la historia de la que parece se volvió la famosa Guerra de los 100 años, cosa que llevaré a cabo ahora. Esta guerra se desarrolló hacia fines de la Edad Media, entre los años 1337 y 1453 debido a un antiguo conflicto entre ingleses y franceses, los motivos se relacionan con el reclamo de tierras que hizó el rey de Inglaterra, ya que afirmaba ser descendiente de los Capeto, antiguos dueños de territorios franceses, y que le pertenecían por derecho. Antes de participar de esta guerra, hubo batallas como la naval de Sluys, en Crécy y Poitiers en la que perdimos. Acto seguido el rey Juan de Francia fue tomado prisionero junto a su corte;teniendo así que reformar el tratado de Brétigny-Calais, firmado en el año 1360, a través del cual Eduardo III recuperaba todas sus posesiones originales, con excepción de Normandía. De este modo los ingleses obtuvieron a perpetuidad Guines, Marck y Calais. Yo entré a esta guerra luego de que mi pueblo, llamado Domremy, fuera atacado por tropas inglesas. Luego de eso, guiada por el Todopoderoso, aunque muchos me creyeron loca, fui a hablar con el Delfín de Francia para que me dejara combatir y dirigir las tropas francesas hacia la victoria. Antes de una pequeña prueba de confianza, el heredero al trono me dió el poder sobre el ejército francés. Gracias a Dios le devolví las esperanzas y las fuerzas espirituales a los soldados franceses, quienes dieron sus vidas en nombre de Francia y en nombre de Dios.
